Cuando la sangre de uvas sencillas
anuncien el otoño con sus hojas viajeras,
miraremos como el horizonte
pierde color de nostalgias,
con sus cristales limpios y transparentes
abriendo fronteras con viñedos heridos.
Rogamos que el tiempo nos de respiro,
erigiendo estatuas de humo
por la solanas dormidas de nuestras tierra,
que ni los santos ni vírgenes no saben que hacer
con violines de oro y trombones de ley.
Barrancos, cañadas, ni lugares,,,,
¿quien creerá en vosotros al amanecer?
cuando los muros callados de balas
cierren ojos por los surcos de labranza,,,,
pues, solo quedaran muertos por las calles del olvido
y vivos por las avenidas con sombras maltrechas,
¡ con un mismo sentimiento!
"de lo que fuimos y pudimos ser"
¿Quien hablara en la plaza mayor?
ya que no supo leer al final de la tarde,
cuando los girasoles rindan culto
y sus hojas cuenten el tiempo de la noria,
Suena el aire con sabor agridulce,
suena el silencio a hiel,
suenan las campanas de campanarios rotos .
Ya que una tarde de otoño
con sus banderas cansadas de ondear
rinde cuentas con huellas de dolor
entre las ventanas cerradas
del Somontano por Aragón.
Permaneceremos callados y sumisos
entre sabanas de algodón,
esperando soplos de esperanza
entre los laureles caídos por la alameda
con la mesa puesta y proyectos por aparecer.
- Y que por cantar esta canción
- me duele el alma con voces de extrañeza
- y mi corazón, mi corazón, lo dejo callado
- como un lirio, y el tomillo lo dejo para llorar.
4 comentarios:
¡Precioso Roberto!. Le felicito por tan maravillosa entrada.
Abrazos. Rosa.
"suenan campanas de campanarios rotos". Mis respetos por tu hermoso canto poema Roberto.
Precioso el poema que nos expones, no se si calará hondo en los oidos que parecen estar sordos a las súplicas, pero engancha de principio a fin, mis felicitaciones, te dejo un gran saludo.
Un poéma delicioso que me incita seguir leyendo.
Un Saludo Roberto
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