HUBO UN DIA,QUE EMPEZO A DESPERTAR MI ADOLESCENCIA.
BUSCABA CON ARDOR, EL FRESCOR DEL ATARDECER PARA SUBIR A LA ERA DEL PAJAR.
MIRABA EL TECHO LUMINOSO CON LOS BRAZOS EN CRUZ,
VERTIGOS Y MAREOS, ME ACOMPAÑABAN ANTE LA INMENSIDAD DEL FIRMAMENTO.
ESPERABA, EL OSCURECER DE LA NOCHE PARA ALBERGAR EN MI MENTE ADOLESCENTE, AMORES TAN PLATONICOS QUE EL PASAR DEL TIEMPO SE HACIA CORTO.
CANTOS DE GRILLOS SIN DESCANSO DELEITABAN MIS SENTIDOS.
MOCHUELOS Y LECHUZAS SE UNIAN A LA ORQUESTA DE LOS SONIDOS.
ABUNDABA TANTA INOCENCIA EN MI, QUE MIEDO SENTIA EL HACERME MAYOR, POR NO PODER REVIVIR AQUELLOS MOMENTOS VIVIDOS EN LAS ERAS DE LOS PAJARES.
2 comentarios:
Hay cosas para las que no hay edades...no se olvida cómo amar,
con los años nos perfeccionamos...
amamos mejor...
El paso del tiempo siempre es una obsesión. Lo que nunca se piensa es que nos quedan recuerdos tan buenos como estos. No se piensa que, en el fondo de alguna parte, seguimos siendo niños :-)
Te devuelvo el enlace. Gracias
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