Mañana acaba el IV CONCURSO HUESCA DE TAPAS, "Hoya de Huesca", en el cual mi establecimiento se ha presentado con dos tapas.
La primera "MILHOJAS DE RAPE ALANGOSTADO Y LAMINAS DE MANGO SOBRE SALSA ROMESCO".
La siguiente "TARTAR DE CIERVO CON CONFITURA DE ARANDANOS Y TEJA CRUJIENTE".
Son días de gran afluencia de público haciendo sus pinitos como Gourmets. He mandado un artículo a los periodicos locales, hablando sobre el tema, en un plan jocoso y divertido. ESPERO QUE OS GUSTE, ya que a las tapas no os puedo invitar por este medio....
DE TAPAS…
Hoy me he decidido salir de tapas con un frío de demonios, dispuesto a disfrutar de las delicatessen que me brindan los bares y restaurantes de esta ciudad.
Me he enfundado en mi casaca, como un ruso de las estepas siberianas, me he embadurnado con colonia de marca y el pelo me lo engominado hasta dejarlo tan tieso como la mojama.
- ¡Y adelante! ¡La ciudad es mía!, he dicho para mis adentros.
Dispuesto, como el mejor matador en una corrida de toros, a comerme todo lo que se me presente aunque coja un colocón de muerte, con tanto vino, pues soy un amante de los caldos de esta tierra y ya se sabe, entre tapa y tapa, el vino de rigor como dicen en mi pueblo.
Empiezo por el bar de mis amores, repleto de gourmets como yo e intento a través de pequeños saltos pedir mi primera tapa de la noche acompañada de un vino del somontano. El camarero ni me oye o se hace el despistado, pero por fin lo consigo, y como aún estoy bien, pienso lo difícil que es, pero no imposible, comerse una tapa de concurso.
Y aquí está la cuestión, ¡pero que diablos me ha dado! Intento descifrar los sabores, la verdad que están “requichibuenos”, pero no logro averiguar que es. Me miro entre empujones mi folleto, y ¡nada! Es imposible leerlo con la casaca colgada del brazo, la copa de vino en la mano y el plato de la tapa sobre la copa como si fuera el gran malabarista del circo ruso. Pero bueno adelante que la noche es para los valientes.
Me voy a otro garito, parece que aquí la odisea va a tener mejor resultado que en la batalla de trafalgar, menos clientes. Y una mesa esperándome, ¡por fin!, ¡aleluya! Miro mi manual de instrucciones y pido otra tapa, aquí parece que sé lo que me presentan. Buena pero… ¡uhiiiiii!, no sé hay gustos para todos. ¡Y yo con dos lamparazos de vino que levantan a un muerto! ¡’No sé como acabara esto!
El tercer miura de la corrida me espera, y ¡ole!, aquí debe ser el sitio adecuado pues está en el establecimiento el jurado de dicho concurso, pero pobre de mi lo que son las cosas, y yo pensando que ahí estaba la mejor tapa, esto es como cuando viajas y te miras si hay camiones en la entrada de un restaurante y piensas “aquí se comerá muy bien”, la verdad que la tapa estaba divina o no, pues mi amigo bacco empieza a sonreírme maliciosamente y ya no doy pie con bolo.
Y así dale que dale, tapa, vino, vino, tapa, vino, vino, tapa…, algunas deliciosas, otras no tanto, aunque ya no sé cual es la mejor.
Y no me pregunten como llegué a mi casa, pues la casaca la llevaba como el capote de un torero y cantando ¡ole por las tapas!.
Hoy me he decidido salir de tapas con un frío de demonios, dispuesto a disfrutar de las delicatessen que me brindan los bares y restaurantes de esta ciudad.
Me he enfundado en mi casaca, como un ruso de las estepas siberianas, me he embadurnado con colonia de marca y el pelo me lo engominado hasta dejarlo tan tieso como la mojama.
- ¡Y adelante! ¡La ciudad es mía!, he dicho para mis adentros.
Dispuesto, como el mejor matador en una corrida de toros, a comerme todo lo que se me presente aunque coja un colocón de muerte, con tanto vino, pues soy un amante de los caldos de esta tierra y ya se sabe, entre tapa y tapa, el vino de rigor como dicen en mi pueblo.
Empiezo por el bar de mis amores, repleto de gourmets como yo e intento a través de pequeños saltos pedir mi primera tapa de la noche acompañada de un vino del somontano. El camarero ni me oye o se hace el despistado, pero por fin lo consigo, y como aún estoy bien, pienso lo difícil que es, pero no imposible, comerse una tapa de concurso.
Y aquí está la cuestión, ¡pero que diablos me ha dado! Intento descifrar los sabores, la verdad que están “requichibuenos”, pero no logro averiguar que es. Me miro entre empujones mi folleto, y ¡nada! Es imposible leerlo con la casaca colgada del brazo, la copa de vino en la mano y el plato de la tapa sobre la copa como si fuera el gran malabarista del circo ruso. Pero bueno adelante que la noche es para los valientes.
Me voy a otro garito, parece que aquí la odisea va a tener mejor resultado que en la batalla de trafalgar, menos clientes. Y una mesa esperándome, ¡por fin!, ¡aleluya! Miro mi manual de instrucciones y pido otra tapa, aquí parece que sé lo que me presentan. Buena pero… ¡uhiiiiii!, no sé hay gustos para todos. ¡Y yo con dos lamparazos de vino que levantan a un muerto! ¡’No sé como acabara esto!
El tercer miura de la corrida me espera, y ¡ole!, aquí debe ser el sitio adecuado pues está en el establecimiento el jurado de dicho concurso, pero pobre de mi lo que son las cosas, y yo pensando que ahí estaba la mejor tapa, esto es como cuando viajas y te miras si hay camiones en la entrada de un restaurante y piensas “aquí se comerá muy bien”, la verdad que la tapa estaba divina o no, pues mi amigo bacco empieza a sonreírme maliciosamente y ya no doy pie con bolo.
Y así dale que dale, tapa, vino, vino, tapa, vino, vino, tapa…, algunas deliciosas, otras no tanto, aunque ya no sé cual es la mejor.
Y no me pregunten como llegué a mi casa, pues la casaca la llevaba como el capote de un torero y cantando ¡ole por las tapas!.
6 comentarios:
A mí también me gusta ir de tapas,y tomarme unos vinos,y que la casaca vuelva a casa como pueda.
Me gustaría probar esas tapas de las que hablas,y los vinos de tu tierra me gustan...aunque..fuertecillos...Eh?
Muy bueno papi¡¡¡ esta vez te has lucido con el articulo¡ va para mi blog ok..?jeje
Un Besito¡
Soy de muchos sitios,mi nuevo amigo,
pero me siento,asturiana,donde vivo y amo,
y andaluza donde siento los azules los olores,donde me gustan sus cantes y sus bailes
:) Bien como punto final a mis lecturas en tu blog, por hoy, ir de tapas contigo ha estado genial :) todo me ha sabido rico, muy rico, y los vinos los comento otro día "hip hip" jaja, pues como que dan ganas de irse para tu tierra :)
Menos mal que en Barcelona, empezamos a aprender a copiar de estas cosas ;) aunque me temo que aún nos falta un pelín "así" jaja.
Un abrazo.
JAJAJAJ
ENCANTADO DE HABERME ACOMPAÑADO DE TAPAS,
PERO A VER SIES VERDAD JEJEJEJ
Te recomiendo que cuando puedas te pases por Pamplona para ir de pintxos. Desde hace cinco años las barras de Pamplona tienen muy buena calidad, no tienen nada que envidiar a los mejores bares de San Sebastian.
Incluso el bar Don Pablo ganó un premio a la mejor barra, en el último Congreso de Gastronomia que se celebró en San Sebastian.
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